En
la anterior entrada os contaba los aspectos que cambiaría si tuviese
la posibilidad de reencontrarme con mi yo del pasado y darle algunos
consejos para haber sobrellevado mejor la batalla para conseguir ser
madre, pero la verdad es que no todo considero que fue un error ni
mucho menos, y también quiero remarcarlo.
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Estos
son los aciertos de los que me siento orgullosa en mi historia
personal:
-No
empeñarme en mantener mi genética.
Soy consciente de que
he tenido muchísima suerte habiendo conseguido embarazo en la
primera transferencia del primer ciclo de ovodonación y eso hace que
los cinco tratamientos y los años anteriores se trivialicen. Sabemos
que el porcentaje de éxito es mucho más alto con ovodonación, pero
tampoco es la panacea y un negativo de ovo es muy doloroso, pero
estoy convencida de que pensaría lo mismo aunque el resultado
hubiese sido diferente, ya que con mis óvulos (en el caso de que
alguna vez hubiese conseguido alguno) no hubiese mejorado.
Entiendo
que el duelo genético está ahí y no sea sencillo dar el paso.
Quizás sea la decisión más delicada y personal de todas, pero en
nuestro caso afrontamos el cambio de tratamiento como una liberación.
En palabras de Mr. Cloud “Dejemos ya de machacarnos y centrarnos en
tonterías y vamos a ser felices”.
-Haber
seguido mi camino sin derrochar tiempo y fuerza en batallas
equivocadas.
Os conté que parte de la dureza de mi lucha se debe a
una negligencia. Hace casi diez años que me operaron de lo que
dijeron que era un teratoma que finalmente resultaron ser dos quistes
de endometriosis en sendos ovarios, pero que nadie me comentó ni
hizo caso. Con ese diagnóstico me habría ahorrado al menos seis años de dar palos de ciego, habría ido directamente a FIV sin
esperar a tener 35 años y tampoco tendría que haberme sometido a
ninguna IA que agravaron la enfermedad con cada estimulación (y con
cada regla natural en todo ese tiempo, lo ideal teniendo esta enfermedad es tratarla con
anticonceptivos para frenarla).
Lo
descubrí gracias a que en mi ciudad las FIV se realizan en otra
clínica y con un solo vistazo a mi historial por parte del nuevo
doctor, tenía un diagnóstico y salía del cajón desastre del
origen desconocido. Imaginad mi rabia cuando lo descubrí. Valoré
los pros y los contras, mi primer instinto fue poner una denuncia
formal, hacer un cara a cara con la jefa del departamento y gritarle
todo mi odio y frustración, pero me fui calmando y pensé en cuál
era mi objetivo, que no era otro que conseguir ser madre cuanto
antes.
El
dejarme llevar por la rabia eternizándome en batallas legales
hubiesen mermado las pocas fuerzas que me quedaban y no me iban a
devolver el tiempo perdido, más bien iban a malgastar el que aún
tenía y poniéndome en el mejor de los casos, si conseguía ganar la
batalla legal ¿Qué obtendría? ¿Volver al 2009? ¿Recobrar la
salud perdida? No... Solo conseguiría dinero y mis fuerzas, mi salud
mental y mi tiempo valen más que ninguna suma económica.
Personas
de mi entorno no entienden mi decisión y piensan que me he rendido,
pero yo sigo convencida de que hice lo correcto.
De
nuevo esto es un caso muy personal que espero que a nadie más le
pase, pero la enseñanza generalizable que saco es la importancia de
intentar mantener la mente lo más fría posible e intentar no
perderse en batallas paralelas que te alejen de tu objetivo.
-Cambiar
el chip y dejar de sentirme una fracasada.
Me
costó mucho llegar a este punto y fue gracias a la #Infertilpandy de
nuevo. Empecé a admirar a esas mujeres que se levantaban una y otra
vez ante las adversidades y me di cuenta de que era una más de ellas
(por absurdo que parezca estaba tan deprimida que no me había dado
cuenta que mi historia era igual de admirable que la de cualquiera de
ellas).
Nada que esté en nuestra mano dejará de ser intentado para
conseguir nuestro objetivo de ser madres y ese es motivo más que
suficiente para sentirnos orgullosas de quienes somos.
Nos costará más
pero lo más probable es que la mayoría lleguemos a ser madres si no
nos rendimos y la economía nos lo permite, sea cual sea la vía para
conseguirlo y lucharemos como gladiadoras por ello.
Pues
aquí acaba mi balance, no sé si será útil para ti que me lees, ya
que cada camino es único y solo tú tienes la potestad de tomar tus
propias decisiones, pero si mi experiencia te sirve para acabar de
decidirte sobre algún aspecto que estés valorando, lo doy por bien
empleado.
Un
beso y gracias por estar siempre ahí.
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