jueves, 4 de febrero de 2016

Mogollón de noticias y emociones

Uff, qué de cosas han pasado desde el último post. O no, en realidad se resumiría muy rápidamente, pero para mí han sido los días, más duros e intensos que recuerdo en mucho tiempo.
No he podido escribir por falta de tiempo y porque no estaba pa´ná y ahora me va a quedar un post interminable, pero creo que es mejor no cortarlo en capítulos esta vez. Espero que tengáis paciencia para llegar hasta el final.

¿Qué preferís, la versión resumida o explicada?
Seré buena y os hago spoiler del final, que yo me pongo muy ansiosa cuando a una noticia le precede un prólogo interminable y si estoy implicada, entro en apnea y a tener microinfartitos (Mr. Cloud por favor, deja de hacerlo...)

Tenemos la transferencia, si todo sigue bien como hasta ahora, este sábado de dos blastocistos que espero que estén preciosos, sin duda para mí lo serán.

Pinterest

Ahora voy con la versión extendida explicando mis locos estados de ánimo, porque se me ha ido la olla muy mucho y he estado muy alterada e insoportable, lo reconozco...

El lunes fue el día en que estaba programada la punción de nuestra hadita-donante, nos avisaron el viernes previo que recibiríamos la llamada durante la mañana, así que aprovechando que ese día no tenía que ir a trabajar de mañana, no me despegué del teléfono ni un segundo.

La espera se me hizo eterna, pero la pasé acompañada de mis compañeras de batalla a través del móvil y no me dejaron ni un segundo. De hecho una de ellas inició un bonito movimiento al que siguieron otras muchas para desearnos suerte a otras chicas que tenían ese día noticias importantes y a mí: “todo cruzado hasta el pelo” y empezaron a enviar fotos de sus trenzas. ¡No me digáis que no son para comérselas! Emoción en estado puro.

Poco antes de las 12 suena el teléfono y como lo tenía en la mano en ese momento, por poco lo tiro, esperé dos segundos antes de contestar y al otro lado, una voz amable me preguntó si era yo diciendo mi nombre completo y dos apellidos y seguidamente me preguntó que cómo estaba. Sólo pude contestar que estaba nerviosa y expectante, queriendo que acabasen las palabras de cortesía y recordando, sin querer, la vez anterior en que una doctora se dirigía a mí después de una punción en la que estaba igual de impaciente e ilusionada. En esas milésimas de segundo pasó por mi cabeza momentáneamente la idea de que las palabras siguientes diesen malas noticias, pero también me dio tiempo a analizar el tono de su voz e intuir que tras esa voz dulce no podían venir nada negativo porque se vislumbraba tranquilidad e incluso una media sonrisa.

Diez.

Esa palabra sonó fuerte y clara y ya todo lo demás bajó de volumen.
Antes me dijo que había ido todo muy bien y siguió explicando el procedimiento: Debería empezar a ponerme 300 ml. de Progesterona cada 8 horas, seguir tomando las 3 Meriestras diarias y continuar también con el ácido fólico (hace años que tomo ininterrumpidamente Femibión ProNatal I, que es muy completo y añade más componentes y vitaminas. Tomo uno al día. El dueño del laboratorio se paga las vacaciones gracias a mí cada año).

Al día siguiente volvería a llamar a ver cómo se habían portado los soldaditos espartanos de mi chico y me informaría de cuántos habían fecundado.

Al colgar me quedé unos minutos observando lo que había apuntado en el cuaderno a la vez que hablábamos, y junto con la pauta no podía dejar de mirar lo que con letra nerviosa, rápida y fea, fruto de los nervios, había escrito: OK ¡10 maduros!
Así, entre signos de exclamación.

Pensé en mi donante. Espero que hubiese ido acompañada y se recuperase pronto. Que sepa, que en algún lugar, hay una pareja que se emociona nada más pensar en su existencia y esperan que todo le vaya muy bien en la vida. GRACIAS.

Incluso antes que a Mr. Cloud, informé a mis niñas, ya que a él le tocaba trabajar en un lugar que no podía usar el móvil y además iba a estar rodeado de gente, así que me dijo que prefería poder disfrutar la noticia tranquilo conmigo en persona, y no tener que mirar al móvil y tener que tapar su alegría (porque él estaba convencido de que iría bien, yo no estaba tan segura...)

Se me ocurrió una forma un poco ñoña para darle la noticia (a veces, muchas veces, soy así). Me pinté las yemas de los dedos con corazoncitos de rotulador permanente rojo. Uno en cada dedo.

Cuando finalmente mi marido entró por la puerta, y me preguntó qué tal había ido todo (con unos ojos llenos de expectación que ni el muñequito más kawaii), le enseñé las manos con los dedos pintados y me dijo: ¿Diez?, esperando mi confirmación y cuando le dije que sí, nos dimos un abrazo de esos en los que se para el mundo y lloramos juntos de pura felicidad.

Las noticias siguientes fueron bastante buenas también, ya que habían fecundado ¡ocho!. Seis eran muy buenos y otros dos intermedios (palabras del embriólogo, para mí los 8 son pura magia y lo más bonito del mundo).

Entonces fue cuando empezó lo bueno... Me preguntó si queríamos hacer transferencia a 3 días o si queríamos llevar a cultivo largo y transferir en forma de blastocistos. Aunque sabía que se produciría la pregunta no pude responder, porque mi idea siempre fue que tomaría la decisión en función del número de embriones que hubiese y seis me parecía en ese momento que era la medida justa intermedia para considerar que no eran ni muchos ni pocos. Me dijeron que aún tenía tiempo de pensarlo en próximas llamadas.

Las horas posteriores se produjo en mi cabeza una ciclogénesis explosiva cuanto menos. Pensé en todas las opciones, me puse en lo peor de lo peor, me entraron todos los miedos, lo consulté hasta con las paredes, me puse muy pesada y obsesiva.

Tenía pánico a que sólo evolucionasen esos 6 y que por decidir llevar a blastos nos quedásemos bajo mínimos. Quería ser conservadora y poder incluso guardar alguno vitrificado para posteriores transferencias por si la primera fallaba. Me paralizaba el miedo, era incapaz de tomar una decisión.

La verdad es que el que el día de la transferencia la decidan los futuros padres me parecía estupendo, pero es muchísima presión y pensar en tomar una decisión incorrecta me tenía muy agobiada.

Al día siguiente de nuevo tuve problemas para ponerme en contacto con la clínica y con ese caldo de cultivo en mi cabeza, me volví un poco loca. Me habían llamado durante mi jornada laboral y no había podido contestar, y en menos de dos horas volvía al trabajo y de nuevo no iba a poder contestar y no podía llamar yo porque había problemas con la línea de teléfono de la clínica.
En ese estado de frustración me dio por llorar como una tonta, sí, sé que soy gran defensora de no reprimir el llanto y no asociar palabras peyorativas a ese hecho, pero realmente ahora me avergüenzo de no haberlo gestionado de otra manera, pero es lo único que pude hacer en ese momento.

Tras mandarle un par de Whatsapps catastrofistas a Mr. Cloud, logré calmarme un poco y volví a mandar un email y al momento la chica de recepción, que es un amor, como todas las personas de la clínica que han tenido que sufrirme en este tiempo, me tranquilizó diciendo que llamarían bastante antes de que me fuese, pero que en esos momentos no podían pasar la llamada porque justo estaban microinyectando óvulitos y no podían pasar llamadas al ser algo de tanta precisión que hasta el mínimo ruido puede interferir.

Me gustó mucho saber que todo el equipo mimaba tanto el proceso. Imaginé al embriólogo, que tan amable me atendía siempre, súper concentrado haciendo magia con sus manos y ayudando a personas como yo a crear vida. Me emocioné al pensarlo y me quedé muy muy tranquila sabiendo que iba a poder exponer todas mis dudas con tranquilidad estando en casa junto a mi cuaderno de dudas y mi boli preparado para apuntar sus respuestas.

Además la chica de recepción que me atiende siempre por teléfono (A cualquier hora! Parece que vive en la clínica o tengo imán para que siempre esté ella cuando yo llamo. Espero que le paguen muy bien) me dio un número de teléfono alternativo por si alguna vez me volvía a pasar lo mismo, tener otro al que recurrir. Luego le mandé un mensaje de agradecimiento por ser tan cariñosa y paciente. ¿Qué menos?
Creo que si bien nos quejamos muchas veces de falta de empatía entre los profesionales, está bien reconocer cuando lo hacen bien y te hacen sentir cómoda y comprendida. Nunca está de más decirlo, porque a todos nos gusta saber que se percibe y valora el amor con el que hacemos las cosas y entre el equipo médico y administrativo me he encontrado muy a gusto hasta ahora, esa es la verdad.

Volviendo al comecocos... Mr. Cloud y yo habíamos llegado a la conclusión de que nos dejaríamos guiar por la opinión de los que saben. Él decía que no se veía capáz de tomar esa decisión tan importante porque no sabía tanto del tema como yo, aunque se había informado todo lo que había podido y que su opinión era esa. La verdad es que vi, como casi siempre, que tenía razón. A veces nos creemos que sabemos más que los médicos y muchas veces hay que escuchar más.

En seguida llamó el embriólogo y me contó que seguían evolucionando bien. Le trasladé mis dudas y me contó que bajo su opinión y entendiendo que nos jugamos mucho y que quisiéramos asegurar más intentos, su objetivo era intentar un embarazo a la primera y que el mayor índice de que esto se produjese era con blastos. Así que tras cambiar de opinión un par de veces en la misma conversación según respondía a mis cuestiones, le dije, convencida por fin, que seguíamos hasta cultivo largo.

De todos modos el pobre hombre no estaba convencido de que estuviese segura al 100% (muy normal, yo tampoco me hubiese tomado muy en serio que alguien me diga tres decisiones diferentes y diametralmente opuestas en menos de un minuto...) y me dijo que el mismo día en que los embris cumplían 3 días, llamaría a primerísima hora para ver si todo continuaba bien y si no, ese mismo día podíamos ir corriendo a hacer la transferencia.

Y ese día es hoy.

Nuestros embris siguen evolucionando bien. De los seis más guapos tenemos calidades 1 y 2 (en mi clínica son más de ciencias que de letras... jeje) y de los otros dos embrioncitos, uno sigue siendo intermedio y el otro va un pelín más rezagado pero también sigue evolucionando. Así que ya no recibiremos más noticias hasta el mismo sábado, día de la transferencia, a primerísima hora de nuevo.

Ahora toca dejarlos tranquilitos, confiar en ellos, que hagan su trabajo, se sigan poniendo bonitos y fuertes para venirse con mamá. (Uff, no puedo escribir esto sin llorar...)

El sábado iré con mis calcetines (que después de haber comprado otros, encontré en Fnac y son perfectos por la frase y por las nubes...) y mis braguitas de la suerte, también tengo que comprarme un camisón que tengo que llevar que no tengo ninguno, salvo los “zezis” de la boda y luna de miel. Menudas risas me he echado con mis #ovogirls por este tema... ¿Os imagináis que me presento con un picardías negro transparente para la transferencia? No, que mis chiquitines se iban a pensar que su mamá es un “pitón” verbenero y no se van a querer quedar... jajaja.


Os dejo con las dudas resueltas por parte de mi embriólogo (algunas respuestas las conocía gracias a la #infertilpandy, pero quería oírlo de boca de él) por si en algún momento necesitáis tomar una decisión de este calibre, podáis tener más datos y evitar, en la medida de lo posible, la locura transitoria.

DÍA 3 vs BLASTOS

Primer round. Los blastos descongelan un poco peor que los embris a día 3 (sobreviven un 85%, creo que este es el porcentaje que me dijo. El otro índice es algo mayor, pero no me he quedado con el dato.)
Round para los embris de 3 días.

Segundo round. El llevar a los embris a blastos es recomendable para poder seleccionar mejor a los más aptos. En caso de que haya poquitos, es un riesgo que no merece la pena correr, ya que pueden quedarse en el camino y que sí hubiesen podido evolucionar en el útero. La tasa de supervivencia para llegar de día 3 a blastos ronda el 60%.
Empate técnico. Es necesario saber con cuántos embriones contamos para poder atender a este criterio al decidir y también es algo muy personal y subjetivo decidir lo que es tener muchos o pocos embriones. Teniendo 6 buenos, no me parecía una razón de peso para decidir en mi caso concreto.

Tercer round. Los blastos tienen mayor tasa de embarazo que los embris a día 3. Lo cual no significa que un embri de día 3 no pueda generar un embarazo ni mucho menos, de hecho hay embris que a día 3 evolucionan y se implantan y no hubiese llegado a blasto (por muy cuidado que sea el entorno del laboratorio, nunca llega a ser tan bueno como un útero), pero si llegan, garantiza que son más fuertes.
Round para los blastos, que ganan por K.O.

Y eso es todo, espero poder contaros que el sábado ha ido todo bien y la fecha de mi beta.

Un besazo desde las nubes (de color violeta, of course).

8 comentarios:

  1. Si no llegas a dar la versión extendida que sepas que me quejo y te pido la hoja de reclamaciones!! Aquí hay que contarlo todito que queremos saber hasta qué calcetines vas a llevar, jejeje. Por cierto yo también llevé mis braguitas de la suerte.
    Muchísima, muchísima, muchísima suerte. De corazón espero que lo consigas y nos des una muy buena noticia.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por amuletos que no quede! Jeje

      Me alegra que hayas preferido la versión extendida, temía que hubiese quedado demasiado larga y no la terminase de leer ni el Tato...

      Muchísimas gracias y muchísimos besos!

      Eliminar
  2. Ainnnn... Que emocionante y especial estáis haciendo del mes de febrero. Espero de corazón que esos balastos fortotes y bonitos se queden con sus papis por siempre. Sus titas virtuales los querrán mucho también!! 😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bonito lo que me dices... Ojalá se cumpla!
      Y si es verdad que en una balanza febrero ha empezado con más noticias buenas que malas, a ver si sigue así!

      Titas guays no les van a faltar! Gracias, linda.

      Besazos de los gordos!

      Eliminar
  3. Me he enamorado de la bonita forma que tuviste de anunciarselo a Mr.Cloud. Deseando que llegue el sábado y podáis traeros a 2 de vuestros 💜💜
    Muchísima suerte bonita!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, reina!
      Lo de los dedos fue improvisado porque de haber sido otro número no sé qué se me habría ocurrido... Jeje

      Miles de gracias y miles de besos!

      Eliminar
  4. Va a salir todo bien princesa. Ya lo verás. Y es completamente normal el caos que se monta en nuestras cabezas cuando hay que tomar decisiones así.

    Creo que ya te comenté nuestra experiencia. Nosotros logramos que fecundaran 10 embriones. Llegaron a blastos 6. Me implantaron 2 el pasado 8 de Junio. Tenemos 4 hermanitos en Laponia. Y a nuestra pequeña Gladiadora a días de nacer.

    Os deseo toda la suerte del mundo. Todo cruzado ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por compartir tu historia, preciosa! Eres mi primer referente.

      Qué ganas de conocer a tu pequeña!

      Nosotros tenemos en Laponia a tres hermanitos.

      Un besazo enoooooorme!

      Eliminar

Somos #Infertilpandy

Somos #Infertilpandy